POESÍA EN PROSA A NTRO. PADRE JESÚS NAZARENO

Yo quisiera aún más, Señor, Señor de La Puebla: -bendito tú, Jesús Nazareno - ver a través de tus ojos vidriados por los azotes y torments que te dieron los judíos, y oir contigo los “ayes” y las penas que te cuentan los hijos de La Puebla, que te veneran con amor y humildad; prestarte un soplo de aire para aliviar tu respiración y tu agonía, darte sangre de mis venas para reponer la tuya, tan bendita, que inocentemente derramaste por culpa de nosotros, los pecadores. Saborear contigo la hiel y el vinagre de las ingratitudes; acompañarte por un sendero de espuma con tus pies destrozados y ensangrentados, cargando con una pesada cruz.

Yo quisiera, Señor, llevarte por un camino de rosas, perfumado con aroma de flores y de amor, un camino sin obstáculos donde no puedas tropezar con las piedras del sendero y hacerte daño en tus divinos pies, que andando y andando, coronado de espinas y sin aliento, caminas hacia el Calvario. Perdón por esas cinco llagas que te hicieron sin piedad ni compasión, esas heridas luminosas que te sangran constantemente, y que te florecen con dolor pidiendo clemencia al Cielo.

Y que me presente, Señor, cumpliendo mis imperfecciones con los colores morados de tu túnica, y llegar a tu presencia por el cielo azul de La Puebla, por este pueblo chiquito y blanco,tan blanco como la paz que tú deseas para nosotros, tus hijos; de este pueblo que te adora, que te visita ls viernes en tu capilla, que te reza, que te lleva flores, que te enciende velas y que te canta saetas hechas oración el Viernes Santo de cada Semana Santa.


Mayo de 1992